El día de la tierra se celebra cada 22 de abril desde 1970 y ahora es reconocido internacionalmente por más de 195 países. Esté día se trata de sensibilizar y hacer conciencia sobre los problemas medioambientales tanto a nivel local como internacional.
Según datos de la ONU, en los últimos 50 años la economía mundial se ha multiplicado cinco veces, se ha triplicado la extracción de recursos naturales impulsando el crecimiento de la producción y el consumo masivo. Hoy en día somos 7.800 millones de personas en el mundo, de los cuales 1.300 millones siguen en condiciones de pobreza y alrededor de 700 millones sufren de hambre.
¿Y en qué afecta esto al medio ambiente?
Según el informe de la Organización Meteorológica Mundial sobre el estado del clima global, la temperatura media en 2020 fue de aproximadamente 1,2 grados centígrados por encima del nivel preindustrial.
Esta cifra está peligrosamente cerca del límite de 1,5 grados centígrados que recomiendan los científicos para evitar los peores impactos al cambio climático.
Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019 y 2020, la acidificación y la desoxigenación de los océanos continuaron impactando en los ecosistemas, la vida marina y la pesca.
La lista de catástrofes y desastres naturales a causa de la poca conciencia de las personas y empresas aumenta cada día, pero al mismo tiempo las oportunidades de crear un cambio positivo y que genere impacto.
Las acciones que tomamos en nuestros países, estados y comunidades afectan al mundo y al medio ambiente hoy más que nunca.
La conciencia medioambiental no es algo que se consiga de un día para otro; es un proceso de descubrimiento y trabajo en conjunto. Hoy por hoy, podemos ver que ninguno de los objetivos globales para la protección de la vida en el planeta y para detener la degradación de la tierra y los océanos se ha cumplido plenamente. Este fracaso está amenazando el futuro de la humanidad y poniendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible fuera de su alcance.
Hoy más que nunca, necesitamos líderes, activistas y personas emprendedoras que aporten soluciones e ideas innovadoras, modelos de negocio sustentables que contribuyan a resolver problemas sociales y medioambientales con propuestas de valor que generen un verdadero impacto.
Es aquí donde la creciente comunidad emprendedora enfocada en resolver los problemas sociales y medioambientales tienen un papel fundamental, los emprendimientos de impacto más allá de generar rentabilidad buscan nuevas formas de resolver los retos que enfrentamos en nuestro entorno.
El emprendimiento de impacto es algo de lo que podemos aprender y hay que apoyar.
El emprendimiento social está creciendo rápidamente en tamaño, alcance y apoyo. Un número sin precedentes de organizaciones lo utilizan como estrategia para abordar problemas sociales en los mercados emergentes. Muchos de estos proyectos mejoran la salud de las personas, protegen el medio ambiente y crean más oportunidades económicas.
Un claro ejemplo de actores que están realizando un impacto en temas medio ambientales es Abanza Empresas de Chile que se dedican a brindar asesorías y consultorías en sostenibilidad, talleres y medición de impacto.
Por otra parte, tenemos a Ashoka, que con sus programas promueve la cultura emprendedora y de innovación social y estimula los procesos de impacto para contribuir a la creación de un mundo más inclusivo y sustentable.
En América Latina en las últimas dos décadas este tipo de emprendimiento se ha expandido drásticamente, Latinoamérica es un semillero de ideas y talento y la comunidad emprendedora está forjando nuevos caminos con enfoques innovadores para generar impacto real.
Los proyectos de impacto han tenido tanto éxito que los gobiernos federales, regionales y municipales de toda América Latina están empezando a tomar nota y a duplicar la inversión en el sector del emprendimiento social. Por otra parte, se están creando alianzas y formando organizaciones como la Red de Impacto LATAM donde se busca apoyar a emprendedores de impacto, elevar y poner el emprendimiento latinoamericano en el escenario mundial y ser un punto de referencia para la construcción de ecosistemas, a fin de crear una América Latina más justa y sostenible. Iniciativas, hablar de números
Para salvar el planeta es necesario trabajar en conjunto, que las nuevas generaciones sean capaces de resolver los retos y crear soluciones sustentables que favorezcan a la economía y a sus comunidades. Así que nunca hay que dejar de creer que el cambio es posible, que juntos podemos construir un mundo mejor para todos y no olvidar que el día de la tierra se debe de conmemorar no solo hoy, si no todos los días.
Bibliografía:
- “Making Peace With Nature: A scientific blueprint to tackle the climate, biodiversity and pollution emergencies” , UNEP.
- “The state of the global climate 2020 report”, World Meteorological Organization.